CAPITULO VIII
Observe el Cosmos
Y descubrí a Dios sonriendo
Disfrazado de estrellas,
De río, de mar, y de luna
Te vi a ti, Hermano,
Y lo encontré oculto
En tu mirada.
En verdad te digo que gran parte del caos que hoy vive la humanidad ha sido generado por los pensamientos desarmonicos de miles de millones de personas, que día tras día, hora tras hora se dedican a pensar con obsesión enfermiza que todo lo que temen se realizara.
Para ser libre en verdad es indispensable que controles voluntariamente tus pensamientos y tus emociones, pues de lo contrario estos, que son tus instrumentos, se tornan en tus amos. El hombre no esta acostumbrado a regir a voluntad lo que piensa y lo que siente, sus emociones son como caballos desbocados que lo impulsan de un lugar a otro, que lo manejan y lo llevan sin una dirección concreta. El ser humano continuamente se hace esclavo también de sus pensamientos, que giran sin control alguno en su mente.
Día tras día el hombre se enoja por tonterías, se angustia sin motivo alguno, se entristece por vanalidades, se entusiasma por cualquier cosa y se deprime sin razón, sin ser capaz de regir sus emociones, estas lo manipulan sin que el las domine.
¡Eres libre para soltar lo que no te gusta! Dios te ha dado el derecho de dejar aquello que te agobia! ¡Eres el dueño de ti vida…!, ¡Ya no generes los problemas que te atormentan!, ¡No te aferres a tu sufrimiento! ¡Déjalo, suéltalo! ¡Se feliz!
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