Soy en ti lo que buscas tanto en mí. Hoy en tu encuentro te pido que comiences la practica que te llevará a ver a tu maestro, que te llevará a tu luz, que te dará la respuestas que hoy no puedes encontrar, que te llevará a la paz que mereces porque es tu destino estar en ella, porque está en Dios, en todo.
Hoy comienza tu práctica, comienza tu día confiando en el fluir de la vida, comienza aceptando y bendiciendo tu circunstancia, amando tu momento, este momento.
Hoy comienza con la oración del silencio, calla tu enojo, solo acéptalo. Guarda tu juicio que solo viene de tu percepción, solo es un ángulo de la realidad mas no es la totalidad. Bendice la diferencia, asómbrate de la diversidad y sigue tu camino en paz.
Hoy comienza practicando la tolerancia, ayúdate con tu respiración, apóyate en tu interior y date cuenta que nada puede cambiar tu ritmo si tu no lo apresuras. Maravíllate de la calma, haz uso de ella y vive tu día estando presente, admírate del gozo de estar con vida.
Hoy comienza con tu perdón, acéptalo, dale un lugar digno, tan digno como tu, simplemente confía y acepta en que todo está bien como está siendo. Ríndete y no quieras controlar, la vida se muestra tal cual Es. Solo fluye y reconoce que tienes la oportunidad de escoger lo que te lleve a tu bienestar, haz uso de esto y reflexiona en tu capacidad de procurarte felicidad.
Hoy comienza amándote, amándote en toda tu expresión, en tu acierto y en tu error, en tu alegría y en tu tristeza. Acepta quién eres en este preciso instante. Escucha tu voz interior que te susurra que eres parte de Dios, de su plan perfecto, date gracias por lo que hoy estás haciendo por ti, lo que sea es correcto porque así lo necesitas tú.
Ahora comienza ejercitando tu compasión, tu bondad, para ti y para el prójimo. Nada puedes pedir, como nada tienes que dar, porque el regalo está en mirarte, en escucharte, en sentirte a través del otro. Porque el privilegio que los dos tienen es estar aquí y ahora, en el mismo camino, por eso lo ves y te ve, bendícelo y así te bendecirás también.
Ahora lleva este práctica día a día, así tus pensamientos, palabras y acciones tendrán congruencia. Siente, vive tu maestría, saborea tu sabiduría, y con la conciencia de quien en eres, del Ser al que viste tu cuerpo, manifiesta tu esencia que reconoce su linaje para ser la expresión de Dios en esta tierra.