CAPITULO VI
No puedes eliminar por la fuerza tu propio ego, pero esto no tiene que convertirse en un motivo de preocupación, pues si lo fuera, unicamenente estarías alimentando esa misma personalidad. Si tu ego has de eliminar, solo tienes que gozar y cada paso caminar, sabiendo que cada uno es el único que aquí y ahora debe contar. No es esperando el milagro futuro como encontraras la plenitud, sino descubriendo el milagro que a cada instante se te da, con el pulsar de tu corazón, con cada estrella y con cada flor. Tu ego no es sino aquello que te impide paladear la plenitud que ya tienes a tu alcance, en ti mismo, y en todo cuanto te rodea, es lo que opaca tu capacidad de regocijarte cada momento con el regalo de la vida, y si Dios es la Vida, y si a cada segundo se te ofrece a Si Mismo en toda su Grandeza, tu ego es lo que te impide gozar al Padre, que se da sin cesar a cada instante para tu propio regocijo.
Por eso, si tu ego deseas eliminar, lo único que has de hacer es paladear intensamente cada vivencia, pues en cada una esta ya la totalidad. No esperes a que el Padre elimine tu ego, vive ahora, vive aquí y séte fiel a ti mismo.
¿Deseas hacer la Voluntad de Dios? Entonces, ¡atrévete a cambiar las cosas que no te gustan! ¡No creas que el Padre te pide una actitud mediocre, tibia y conformista! ¿Para que crees que te dio la libertad? ¿Para que crees que te dio el poder creador? ¡Para que los uses creando en tipo de vida que en verdad te haga feliz!
¿Crees que es difícil cambiar? Pues date cuenta de que es mucho mas difícil hacer lo que no deseas, que hacer lo que anhelas. Se necesita mucha mas energía para obligarte a realizar lo que te disgusta que para hacer lo que te satisface. Hacer lo que te da placer es fácil, natural, pero hacer lo que te molesta es una tortura. La Voluntad de tu YO es el cambio, la transformación, pero el miedo de tu ego te impide renovarte y fluir. En realidad no se necesita realizar ningún esfuerzo para hacer que un río fluya, pero si se requiere de una gran cantidad de energía para impedir que lo haga. ¿Dices que no tienes energía para cambiar? ¿Qué no tienes fuerzas para hacerlo? ¡Insensato! ¡No necesitas fuerzas ni energía para fluir? La renovación continua es natural, no es necesario esforzarte para hacerlo! ¡Lo que necesitas es atreverte a ser feliz! ¡Renuncia a lo que te ata!
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